Una de las sensaciones más desagradables que suele sentir nuestra boca es ese “escalofrío” que comienza en nuestros dientes o muelas y que nos da una especie de latigazo muy molesto. Si es algo puntual no tiene demasiada importancia. Si persiste, podemos estar ante un caso de hipersensibilidad
dental.
Los problemas de hipersensibilidad son una de las consultas más frecuentes que se realizan en el dentista, ya que el paciente no puede hacer una vida normal al estar condicionado por molestias al beber, comer o incluso hasta para al coger aire por la boca y sentir esa incómoda sensación.
Un problema que padecen una de cuatro personas entre los 25 y los 45 años y
cuya causa más frecuente es que la dentina (sustancia que se encuentra a
continuación del esmalte) pierde su protección natural y queda expuesta,
afectando a las piezas, sobre todo a aquellas que tengan caries o alguna rotura.
Por lo general, la sensación será más intensa con alimentos excesivamente fríos (helados, bebidas) o calientes, además de productos ácidos, dulces o cuando forzamos demasiado en el cepillado. Las personas con bruximo o bulimia, habitualmente la padecen, ya que sus dientes se deterioran con más facilidad.
La hipersensibilidad no es un problema grave, pero puede derivar en caries o en enfermedades periodontales. Las mejores maneras de combatirla son con una higiene adecuada: cepillado, uso de enjuague e hilo dental. Existen igualmente algunas pastas de dientes específicas y en casos más graves, se pueden aplicar soluciones de fluoruro de sodio o resinas que producen una capa protectora.
De todos modos, ante este tipo de dolencia si persiste, lo mejor es acudir a su dentista.
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